domingo, 4 de marzo de 2012

La tienda de las ilusiones


Este relato no es lo que yo quería escribir, os ruego por tanto un poco de paciencia, es una advertencia, a Volivar, a Jesus, a Diego, A Daniel, a Julio el Lobo feroz y a Kanet, y a todos los que me leen. Esta mañana salté de la cama de un salto porque la cabeza no paraba de darle vueltas a un relato, a una historia imposible de escribir. Mañana lunes comienzo un curso de relato breve y mi mente se adelantó como una bala que sale del revolver antes de tiempo.

Después del tremendo salto me lavé la cara, que menos, me hice un café bien cargado y me puse a escribir en el absoluto silencio del salón, con toda mi familia durmiendo. Y eso hago ahora: estoy soltando todo en mi libreta roja Moleskine, escribo antes de que se me agoten las ideas, rápidamente, y ni siquiera sé el tema del relato.

Ahora sí: la buscamos desesperadamente y no la obtenemos, y si la tememos se presentará de inmediato, que es? La soledad. Vivimos en amalgama, en masa, en sociedad, sin descanso ni silencio que valga, hasta ahora perfecto, ¿no?, pues no, porque yo busco lo contrario. Porque yo soy un alma desalgamada, que se quiere despegar, soltar todo ese lastre, esa sustancia pegajosa y pestilente que nos une al vecino de enfrente, a los niños de arriba que te despiertan de la siesta, a la suegra que viene cuando menos te conviene normalmente para tú cumpleaños y te canta desafinando y desafiante el “cumpleaños feliz” con cara de perdiz. Lo cogéis ya? ¿y esa vecina tan graciosa del Tercero B que cuando estás haciendo el acto toca el timbre insistente y te pide té?, “Que?” le dices tú con cara de orgasmo. Que sociedad, que marasmo.

La amalgama te aporrea la puerta a todas horas, intentando venderte productos de oferta, pasados de fecha, caducos, con todo tipo de trucos, desde un pegamento hasta una extremaunción papal. Dios, te acosa por teléfono, por e-mail, por skype, por internet, por yo que sé. 

Yo quiero soledad, para escribir un rato, solo un relato por favor, quince minutos de nada, corro soltando palabras a borbotón antes de que el cura de mi parroquia me llame pidiéndome un donativo, ó que me llamen de la China para avisarme que ya está listo mi hijo adoptivo.

Llevo quince minutos exactos, no me quedan más, y llego a la conclusión de que no era esto, que yo no quería hablar de la soledad, que antes de dar el gran salto mortal mi sueño era sobre un establecimiento comercial, sí, hace días vengo dándole vueltas a un gran relato mágico sobre la Tienda de las Ilusiones que quiero abrir en una calle lateral, donde no se oiga el tráfico de la avenida principal. Y ahora me vuelvo a la cama, donde tenía que estar, con mi amalgama mental.

Pero os prometo un relato breve sobre mi Tienda de las Ilusiones. Perdón, ya sé que no rima esta frase final, pero tampoco rima la vida real. O sí?

5 comentarios:

  1. Serenamente solo, como el capitán Kirk. A medio día, cuando regreso al trabajo, ya sea bajo el cálido sol invernal o el tórrido estival, a menudo, me gusta ponerme los aurículares y escuchar música. Me sirve para evadirme durante el cámino. ¿Por que no lo pruebas?

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  3. Santo Dios, que vértigo me has producido jejeje .. vale, vale, tendré paciencia contigo, pero en este juego jugamos todos, si tú pides, yo también, ¿la tendrás conmigo? la paciencia digo jajajaja

    Que te vaya bien el primer día de "cole" :D

    Y duerme bien esta noche, que sino mañana a ver quien es el guapo que se levanta con la mente fresca y activa.
    Besitos azules mi querido amigo, muassssssssss

    (cuídate bien de las vecinas "oportunas" parece que estén vigilando cual momento es el apropiado jajaja)

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  4. Ok: muy bueno lo del curso de relato breve, pero ojo con algo: evita que el profe te ponga escribir como él, generalmente no pueden evitarlo, también sucede en los talleres de poesía, forman grupos y todos escriben igualito. Yo desconfío de esas cosas, para mí lo indispensable es leer y leer y leer.

    El texto me gusta, es una forma de narrar que manejas muy bien, sale de tí y abarca lo social, lo urbano, y lo íntimo.

    Saludos!

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  5. Gracias fieles lectores, no sé ni como me leéis, este relato ha sido algo espontáneo, y escribo siempre las cosas como las siento, así tal cual.
    Y a Lobo: te haré caso, seré fiel a mi estilo y mi manera, intentaré tener mi propio criterio en el curso que empieza esta tarde.

    Un abrazo a todos, y a seguir escribiendo!!

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