sábado, 18 de febrero de 2012

¡ Un momento !

Un momento es un momento, no es ni tiempo por ser tan fugaz. Nada dura nada, todo pasa sin pasar, sin dejar huella, sin tardar. Creemos que pasamos el tiempo haciendo yo que sé, pero no pasa nada, porque el presente se desvanece simplemente, antes de lo que tarda un terrón de azúcar en disolverse en el café negro, un instante. Miras una mirada ajena que a su vez te devuelve un guiño, o una ausencia gris, o una amenaza ausente que ni siquiera se siente, depende, lo único cierto es que todo ocurre en un tiempo inexistente. El Presente es un Instante casi Inexistente.

Ausente. Entro en el Café, mi mesa habitual ya está ocupada, he llegado tarde, pido permiso al hombre negro que la ocupa, sin levantar la mirada me hace una señal ausente, un “yeah, yeah” americano, dispuesto a no perder el tiempo conmigo, ni yo con él. Saco mi libreta roja y me pongo a escribir frente a él, sin pensarlo, en un tiempo record. La camarera argentina me mira casi sin mirarme, como ausente, como un rayo el café en vaso grande ya está en la mesa sin haber tenido tiempo de pedirlo. Le dirijo una rápida sonrisa de agradecimiento, lejana como una ráfaga de viento. El hombre negro, sin pensarlo, con su teléfono ultra veloz alza la voz: “¿¡are you coming back to me, or not!?”, evidentemente no. 

Evidente, mente, Automática, mente. Ahí fuera tres coches aparcan
a la vez, un mercedes negro, un descapotable sonriente y un todoterreno gigante, todo ocurre en un instante, como antes. Se bajan un señor del siglo pasado, una gran señora enjoyada y un ejecutivo herido por la recesión, simultánea, mente. Ocupan las tres mesas libres, alzan sus manos rápidamente, sacan sus dispositivos altivos y a una señal se conectan a internet de ipso facto, en el acto, sin tiempo que perder. Joder

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