lunes, 8 de octubre de 2012

Por fin maté a mi vecina de arriba, la del quinto B, ocurrió anoche, a las cuatro de la madrugada....

y fue en un arrebato de liberación, porque ya no pude más, subí furioso, saltando los escalones de tres en tres, se retorció sin dolor de un navajazo limpio, y murió feliz. Acabé por fin con esa loca del quinto, después de 35 años de taconeos provocadores, reproches amargos, gritos por el patio, y de insufribles miradas en el ascensor. Descansa en paz, María del Pensamiento.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Una puerta en la muralla

                                     (foto tomada en la muralla de la Alhambra el pasado domingo)                                                                      


La puerta sigue cerrada            
pero te intuyo detrás,
no te veo hace años, no te veo
solamente sé que estás.

Te imagino escondida 
en un jardín abandonado, 
de flores salvajes, plateado de arrayanes 
y de granados gritando.

Detrás de esa puerta estás, 
a la sombra de las tardes blancas, 
apoyada en la fuente de azulejos rotos, tantos ya, 
la que suelta el agua a murmullos sobre el canalillo: 
“correr por mis laberintos, 
subir las cuestas empedradas, 
salir a besaros, por mis plazoletas desnudas, 
amaros en esta ciudad 
de puentes silenciosos y paredes mudas”.

Siempre el mismo agua fría, siempre el mismo rumor, 
el mismo viento que abrazaba las hayas, 
traía las nubes de oscuro temor, 
y las escondía detrás de las murallas. 

Un cielo alto,  
un ciprés orgulloso, 
un patio secreto, de ventanas altivas
tu pelo negro, tus manos, tus ojos.

Vuelvo todos los otoños,
a buscarte entre las celosías, 
a escuchar al arroyo frío  
y golpeo la puerta cerrada, 
¿por qué no sales, Granada?.