Bob Reborn ha sido condenado a morir de un temblor, electrocutado en la silla eléctrica de la prisión privada de Sudden Death a las afueras de Austin, capital de Texas, por el asesinato de una mujer en octubre de 2003.
Es negro, por supuesto, y lleva ya ocho años recurriendo en todos los tribunales posibles del Estado y de la Unión. Pero ya ha llegado a la última instancia, sin apelación posible, es el CERCMTSUSA, el Comité Especial de Revisiones de Condenas a Muerte del Tribunal Supremo de los Estados Unidos de América. Este Comité está compuesto por siete magistrados ninguno menor de 68 años de edad, nombrados en su mayoría por el Partido Republicano, y todos blancos.
Él se considera inocente en público, realmente no hay pruebas concluyentes que demuestren su culpabilidad, pero en lo más profundo de su conciencia sabe que es culpable aunque no lo haya confesado a nadie.
Su caso se ha convertido en una auténtica pesadilla y obsesión para el Gobernador del Estado, William Awfuliar, quien, desde que compró la silla de última generación hace unos meses, disfruta adictivamente viendo temblar a los malditos criminales. Awfuliar es miembro del Tea Party, modélico padre de familia, con una esposa sumisa y feliz, siete hijos sanos que juegan al beisbol, un inmenso rancho con caballos y vacas, tres todoterrenos imponentes, y es un fervoroso creyente de la Iglesia Anglicana de la Condena Perpetua y del Quinto Cielo, ese a donde quiere mandar de una vez a Bob Reborn.
Además Awfuliar es aspirante a la candidatura a la Presidencia de los Estados Unidos de América, y comienza su campaña en los Caucus de Minnesota unos días después de freir vivo al maldito negro.
Pero Bob Reborn pasa consulta con la Psiquiatra de la prisión todas las semanas, el lunes a las 9 de la mañana, sin fallar ni un solo día durante ocho años. Y se diría que es la psiquiatra la que acude con más ganas a la cita semanal, ya que Bob le aporta la fortaleza mental que necesita para atender a tantos presidiarios desquiciados. Y lo más importante: ella está implicada y comparte todos los detalles del plan de su paciente, el plan es denominado secretamente BAMAR.
La Bomba Atómica con Mecanismo de Accionamiento Retardado.
El plan es conocido también por una reclusa de la prisión de Sudden Death, quien tiene los contactos precisos que harán saltar el mecanismo de accionamiento retardado, que provocará un agujero en el Estado de Texas del tamaño del Cañón del Colorado.
Y no puedo contar más.